La palmera de Chile o palma de miel
Al final del puente romántico del siglo XIX, en pleno jardín histórico, se encuentra esta palmera de nombre científico Jubaea chilensis. Es originaria de Chile, y se introdujo en Europa en 1843. En su lugar de origen la llaman palma del vino o palma de miel, porque haciendo una incisión en su tronco mana un líquido azucarado que se hierve para producir la ‘miel’ de palma, de la que, por fermentación, se obtiene una bebida alcohólica; debido a esto ha sufrido muchos abusos por parte del hombre, estando actualmente protegidas. Su porte y belleza la hacen muy idónea para adornar grandes jardines. Sus coquitos o dátiles son comestibles, sus hojas se han usado durante siglos para construir viviendas, sus fibras para fabricar papel, y con sus semillas se hacen multitud de objetos de artesanía, por todo ello es conocida también popularmente como palma de la abundancia.
Este ejemplar es uno de los mejores de España. Su perímetro viene a ser de casi tres metros y medio.
Una curiosidad: puede llegar a vivir hasta 500 años. Se ha comprobado que los ejemplares adultos pueden recuperarse de incendios y sobrevivir tanto a heladas como a sequías.