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Jardín Botánico-Histórico La Concepción

Exposición de fotos, la práctica de la naturaleza

Exposición de fotos, la práctica de la naturaleza
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Entre el 10 y el 29 de septiembre Juanjo M. Fuentes expone sus obras en la sala de La Concepción. El artista se sumerge en los paisajes naturales con una atención apasionada hacia lo que muchos podrían pasar por alto. Mirando sus fotos –en sus viajes por el mundo como director de la revista STAF–, es fácil deducir que es un amante del paseo y de los espacios naturales. La muestra está organizada por la Asociación de Amigos del Jardín y comisariada por Agustín Linares.

En el silente compás de la naturaleza, el artista fotógrafo se erige como un observador y un intérprete de los secretos susurrados por la tierra, el agua y el cielo. Su lente no es un simple instrumento de captura, sino un medio a través del cual canaliza su percepción única del mundo que le rodea. Cada paso que da en su paseo por los dominios naturales es un paso hacia la introspección.

De igual forma que el flâneur –vagar urbano sin rumbo, abierto a todas las vicisitudes y las impresiones que le salen al paso– deambula por las calles urbanas, Juanjo se sumerge en la naturaleza sin más embalaje que el disfrute, pero como si de un flâneur de la naturaleza se tratase, pasea con una mirada curiosa y contemplativa. En cada paso encuentra la inspiración, como la inmutable majestuosidad de las montañas o los amplios dibujos que trazan los horizontes.

El fotógrafo abraza la impermanencia y la fugacidad de la naturaleza. Cada clic del obturador es un momento capturado en el flujo continuo del tiempo, una instantánea que trasciende la temporalidad efímera y encuentra por fin un lugar de contemplación en La Concepción.

 

El fotógrafo de paisajes se erige como un moderno flâneur. Siguiendo la senda de Publio Virgilio, el artista se convierte en un observador y un intérprete de los secretos susurrados por la tierra, el agua y el cielo, enalteciéndolos con regocijo.

 

En última instancia, el fotógrafo de paisajes, al igual que el flâneur errante de la ciudad, encuentra una riqueza en la observación y la contemplación. Siguiendo el legado de Virgilio, se convierte en un buscador de significado en medio de la maravilla natural, y a través de sus imágenes, invita a otros a unirse a su danza con el mundo que nos rodea, un baile que se fija en papel de revelado y en enmarcado y seleccionado.